Llegó con la ilusión de un primerizo y se marcha con la decepción pegada al estómago. Y, sobre todo, con una pregunta: ¿Por qué? David González abandona la disciplina cadista y es probable que corra rumbo a Oviedo, una vez que se solucione ese proceso de compraventa que mantiene parado al club carbayón. A falta de que se confirme, el asturiano regresa a casa y lo hará para torear en una buena plaza, pero eso no oculta su tristeza por no haber tenido su oportunidad con el equipo amarillo.
«La lesión en El Ejido me condicionó bastante, pero luego me puso en buena forma y no entiendo el porqué no he tenido la oportunidad. Por muchas cosas que me digan, nunca lo voy a comprender, porque en los entrenamientos hice méritos para al menos disfrutar de algunos minutos», comenta cariacontecido el asturiano, sin querer echar demasiada leña al fuego.
David sufrió una lesión muscular ante el Poli y regresó a los entrenamientos justo una semana antes de que cayera Vidakovic. Con el serbio, jugó algunos minutos sueltos, con poca continuidad, aunque dejando algún buen detalle. Luego entró en escena Jose González y ya jamás se ha vestido la camiseta amarilla. «Alguna vez habló conmigo. Me pidió vídeos porque no me conocía bien, pero todo lo que me digan para mí no son más que excusas».
Gente de la casa
El media punta le busca alguna explicación, pero no la encuentra. «Quizás prefería tirar de alguien de casa», y por ello contó con José Miguel Caballero, que es quien le ha cerrado la puerta. «No sé, pero estaba entrenando bien y no he tenido esa oportunidad».
Aclara que no jugó en el amisto de Benalup ante el Zulte belga por decisión propia. «La situación no se veía clara y yo dije desde Navidad que me quería marchar». Por ello incluso ayer entrenó con el equipo en los rondos pero se salió cuando los ejercicios requerían contacto físico. Hay que evitar cualquier riesgo días antes de cerrar una operación.
También desmiente que vaya a volver al Málaga, pues no desea regresar al filial boquerón, que compite en la Tercera División. También aprovecha en sus palabras de despedida para recordar su llegada al club de Carranza. «Arriesgué mucho para venir aquí. Me peleé con el Málaga para que me pagaran casi todo el contrato, y prácticamente lo que me abonaban era para la vivienda. Me gustaría que el club hubiera actuado de otra forma», concluye.
Desea lo mejor para el Cádiz, por la institución y por la afición, y no descarta un regreso porque «el fútbol da muchas vueltas». No será pronto. De eso está seguro.
FUENTE: LA VOZ DECADIZ
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