Parece imposible entender el Cádiz sin Raúl López, pero el paso del tiempo y un proyecto en el que no le dan cabida en la plantilla han dictado sentencia. El jerezano pasa a la historia del club como el jugador que más veces ha vestido la camiseta amarilla después de 14 temporadas en el primer equipo y 16 en la entidad.
La puesta en marcha de un nuevo Cádiz que pretenden que sea ilusionante se ha cobrado una víctima que duele mucho más que cualquier otra: el adiós de Raúl López. El último guerrero. El bravo defensa deja atrás su casa, el Ramón de Carranza, con unos números que hasta ahora no ha alcanzado nadie. Suma 400 partidos oficiales con la elástica cadista; 385 de Liga y 15 de Copa del Rey. Su debut fue el 10 de noviembre de 1996 (Cádiz-Gáldar, 2ª B) y como su último encuentro quedará el maldito Mirandés-Cádiz del pasado 29 de mayo (fase de ascenso a 2ª B).
Llegó al juvenil del Cádiz en 1994 y el entonces coordinador de la cantera, Manolo Lapi, se percató de la garra de un chaval que aún no había cumplido los 18 años. Fue cedido al Melilla (1995-96), donde dejó el pabellón muy alto a pesar de sus 19 años. Regresó y triunfó, de lo que tuvo mucha culpa Ramón Blanco al apostar ciegamente por él teniendo que apartar del camino a un más experto José Antonio Mateos, que había actuado con el Cádiz en Primera. También jugó un año y medio en el Racing de Ferrol, en Segunda A.
Se lleva dos ascensos (Chapín e Irún), una temporada en la elite marcando un gran gol al Racing de Santander y el honor de ser un cadista de récord que se ha dejado el alma por el equipo de sus amores. Será difícil encontrar a un jerezano tan cadista. Precisamente es el último eslabón de la gran cantera jerezana que tan presente ha estado en el Cádiz. Se va Raúl López. Adiós al último guerrero.
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